Encontrando
a don Quijote
La crítica, intentando hallar personajes reales en los que Cervantes pudo basarse para
pergeñar su héroe, ha buscado individuos de la época que tuvieran un nombre
parecido o se comportaran de forma extravagante. Se ha hablado así de un
pariente de doña Catalina de Salazar, esposa de Cervantes, procedente de
Esquivias, y llamado Alonso Quijada. Se ha especulado acerca de un conquistador
excéntrico, buscador de El Dorado y
hombre de letras, llamado Gonzalo Jiménez de Quesada.
En Argamasilla de Alba se le ha identificado con un hidalgo demente llamado
Rodrigo Pacheco; pero ninguno de ellos resulta un candidato convincente.
No se puede
generalizar acerca del carácter de don Quijote, puesto que su personalidad
evoluciona notablemente a lo largo de la novela. Por lo tanto no es una
realidad inmutable, sino que su existencia va definiéndose en un continuado
proceso de autorrealización.
Y así se nos presenta inicialmente como
alguien “de
quien hay opinión por todos los habitadores del distrito del Campo de Montiel
que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a
esta parte se vio en aquellos contornos. (Parte I, Prólogo).
El último
documento encontrado en los Anales de la Historia , que podría
tener relación con el personaje, es un pleito contra un vecino de Villanueva de
los Infantes entre 1520-1523 llamado Juan de León, del que decían los
infanteños “tener el celebro seco de poco
dormir”, los testigos que se llamaron dijeron “ser hombre educado, pero su locura y extravagancia en el vestir junto
al manejo de las armas para deshacer entuertos o desavenencias entre los
vecinos, vestía de forma extravagante con calzas viejas ajustadas a las piernas
y camisa vieja sobre ella una malla de soldado medieval vieja y rota, con una
espada desnuda en una mano, y en la otra una ballesta armada y en ella puesta
un rollón y un charcal, dando arengas a los vecinos..” ...condenado a destierro
y cárcel por el plazo de tres años, durante este tiempo recorrió pueblos y
ventas para poder comer, acompañado de otro vagabundo llamado Juan de Portillo,
siendo prendido a las orillas de Villanueva de los Infantes..”.
Pleito o
apelación iniciado por una tía de Juan de León para dar justicia a su sobrino,
por no haber hecho delito público ni secreto, contra Juan de la Cueva , alcalde mayor que fue
de este partido del Campo de Montiel, el cual mandó ahorcar sin quererle oír
descargo alguno, haciéndolo sin justicia con poco temor de Dios y del oficio
que representaba. De esta manera la
Justicia fue temida, la cual antes de su muerte era
muy menospreciada e tenida en poco... e con la muerte de Juan de León quedó en
paz y sosiego en toda la provincia, por ser un hombre malviviente, e sedicioso
e alborotador…
Hay autores
que sostienen que Cervantes lo que se proponía era escribir una novela corta,
no la dividió en capítulos y conforme su imaginación iba elaborando el
personaje y acondicionándole aventuras hasta darle las proporciones de una
novela de caballerías. No tiene un plan
previo, sino que se va haciendo a tientas, en constante invención, incluso
cuando el autor rectifica el orden de los episodios, en busca de mayor lógica y
armonía. El héroe mismo es algunas veces un frenético, demasiado delirante, con
pintas de estrafalario y ridículo, confuso algunas veces en la mente del autor.
En consecuencia pudiera ser que algunos epígrafes resultan forzosos o mal
colocados y aún sin relación con el texto.
En la edición
anotada por Martín de Riquer del Quijote y leyendo el Quijote el capitulo XXV
que Trata de
las extrañas cosas que en Sierra Morena sucedieron al valiente caballero de la Mancha , y de la imitación
que hizo a la penitencia de Beltenebros. Explica este autor: don Quijote decide suspender transitoriamente
su vagabundeo y permanecer un tiempo en Sierra Morena, entregado a la
penitencia y al desatino. Ello es un frecuente tópico de la novela
caballeresca, en la que a veces el caballero, desesperado por desdenes amorosos
o por cualquier otro motivo, se retira a la soledad de los bosques, donde no
tan sólo se entrega a la oración, ayuno y disciplina (penitencia), sino también
a cierta furia demencial, que le lleva a cometer toda clase de desatinos. Este
tema ya aparece en la novela de la
literatura bretona Li chevaliers on lion
(El caballero del león) de Chrétien de Troyes (finales del siglo XII);
donde el protagonista Yvain, pasa largo tiempo en el bosque, en estado
semisalvaje; junto a un ermitaño. Lo mismo ocurre en los viejos relatos sobre
Tristán y Lancelot. Pero los modelos que más presentes tiene don Quijote son
los de Amadís de Gaula y de Orlando el furioso. El primero desesperado
porque su amada Oriana le ha ordenado que no vuelva a su presencia, por creerle desleal, se retira a
una especie de isla llamada Peña Pobre, donde había una ermita y toma el nombre
de Beltenebros. Y así se entrega a la oración y a la penitencia y componía
tristes versos.
En Orlando el
furioso de Ludovico Aristo, escrito en 1516, -uno de los libros preferidos
de don Quijote y por tanto de Cervantes-, cuenta que al enterarse de los amores
de la hermosa Angélica con el negro Medoro, enloqueció y, medio desnudo,
arrancó furiosamente árboles, enturbió las aguas de los arroyos, mató pastores
y animales y realizó otros excesos. Don Quijote combina la penitencia del Amadís
con la furia demencial de Orlando y no tan solo reza, suspira y escribe versos
en las cortezas de los árboles, sino que da volteretas en camisa.
Cervantes
conoce y ha leído prácticamente la literatura anterior a la publicación del
Quijote, esto se percibe inmediatamente en la lectura de la novela por las
numerosas referencias bibliográficas y de personajes que cita al hilo de la
historia que narra. Él mismo declara en el Quijote: y como yo soy aficionado a leer, aunque sean
los papeles rotos de las calles… Pero es difícil pensar que tuviera
la capacidad económica de reunir una colección de obras como la que describe en
la novela, sabiendo que los libros eran muy caros en el s. XVI y XVII. Se
estima que un 80% de la población en esos siglos era analfabeta y sólo tenían
acceso a una cultura oral, adquirida a través de manifestaciones literarias
transmitidas de viva voz, del tipo refranes, cuentos, canciones y romances,
difundidos por anónimos individuos especialmente buhoneros y ciegos que, en su
trashumancia, llegaban a los pueblos más apartados aprovechando las ferias del
lugar. El otro colectivo del 20% pertenecía
a miembros de la nobleza, el clero, profesiones liberales, mercaderes y
artesanos acomodados, y en general, gentes que gozaban de un status social de
nivel medio alto. Pero aun éstos tropezaban
con un grave obstáculo a la hora de desarrollar su posible afición a la
lectura, no se contaba con bibliotecas públicas, pues tan solo existían
colecciones privadas de libros, cuyos poseedores solían prestar a gentes de su
entorno y confianza, pero que eran inaccesibles para el público en general..
El filólogo
Martín de Riquer, declara que Cervantes evidentemente leyó mucho y era un gran
lector. En sus obras se refleja una gran densidad de lecturas, y no sólo de
novelas de caballerías, de las que tuvo que leer muchas porque sino no las
hubiera satirizado con tanto acierto. Para él la primera parte es de inferior
calidad que la segunda. La primera parte acontece en una España indeterminada,
donde no pasa nada de particular: unos rebaños, un barbero que va de un pueblo
a otro, unos alguaciles que llevan a unos condenados a las galeras, un oidor
que llega a una venta. Lo que narra Cervantes en la primera parte pudo suceder
en la Castilla
del siglo XII o hasta en el siglo XIX. La segunda parte es un libro más
comprometido.
Los estudios
realizados sobre la novela del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha , manifiestan
que la
Primera Parte debió de escribirse sobre 1597-1604.
Apenas se sabe, no se ha investigado lo suficiente, o quizá no se ha dado con
documentos sobre esta etapa de la vida de Miguel de Cervantes, se intuye que
fue por esta época cuando estuvo por la Mancha y también cuando estuvo encarcelado.
Cervantes en
1587 obtiene el cargo en Sevilla de comisario de abastos para la Armada Invencible. Su trabajo consistía en requisar trigo y aceite de los particulares para
avituallar a dicha flota. Se sabe que de 1587 a 1601 Cervantes recorría Andalucía como
comisario de abastos primero y como recaudador de impuestos después. Cristobal
Pérez Pastor lo situa en 1594 haciendo un recaudo de trigo y cebada en Villamanrique, por lo cual se vio
obligado a enfrentarse con labradores y propietarios de tierras y conocer a todo tipo de gentes en ventas y caminos. Durante estos años vivió en
las realidades buena parte de los temas que más adelante recreará como ficción,
en las novelas ejemplares y en el Quijote.
Llegados a
este punto, cabe preguntarse: ¿conocería don Miguel de Cervantes Saavedra, el
pleito mencionado de Juan de León?, ¿escucharía esta historia contada por los
lugareños? Según el documento, Juan de León era público y famoso en el Campo de
Montiel.
Después de setenta años, la historia de este personaje tan famoso se contaría
de múltiples maneras. Desempolvados los viejos y carcomidos archivos, este
hallazgo y las investigaciones posteriores que se han realizado por las
distintas Universidades dan bastante luz al tema de Cervantes y de don Quijote,
también su relación con el Campo de
Montiel. El hecho pudo quedar grabado en la imaginación popular.
Para algunos
lugareños, Juan de León sería un héroe, para otros un rufián o villano en una
villa donde por la época que se engendró el Quijote –en una cárcel- había en
Villanueva de los Infantes cuarenta casas de hijosdalgo y también cárcel. De la
cual nada se ha investigado, por lo tanto todavía quedan bastantes líneas
abiertas y posibles interpretaciones.
Cervantes
pudo ir en busca de un modelo para su Quijote, y no pretendió limitarse a
relatar un caso acontecido. Al describir el lugar de la
Mancha y al crear al protagonista principal de la
novela, y otros personajes paisanos del protagonista; estaba tomando aspectos
de la vida real, como el lugar, nombres y quizás la existencia de algunos de
ellos. Gabriel Tortella afirma que casi todas las grandes novelas son
autobiográficas en medida considerable. Cervantes y su familia fueron injusta e
ignominiosamente encarcelada con motivo de una muerte violenta que ocurrió
cerca de su casa; no había el menor adarme de evidencia contra ellos, pero
parece que se les echó la culpa por ser pobre gente, para exonerar al verdadero
culpable, que era alguien de mayor relieve o mejores condiciones sociales.
Antes de ese suceso, en 1569,
a la edad de 22 años, Cervantes abandonó apresuradamente
España y huyó a Italia, sin duda para escapar de la sentencia instruida en su
contra. Dicha sentencia dice:
…Sepades
que por los alcaldes de nuestra casa y corte se ha procedido y procedió en
rebeldía contra un Miguel de Cervantes, absente, sobre razón de haber dado
heridas en nuestra corte a Antonio de Sigura, andante de esta corte, sobre lo
cual el dicho Miguel de Cervantes por los dichos nuestros alcaldes fue
condenado a que, con vergüenza pública, le fuese cortada la mano derecha, y en
destierro de nuestros reinos por tiempo de diez años, y en otras penas
contenidas en la dicha sentencia"
Algunos de sus protagonistas principales pudieran
ser trasuntos de personajes históricos a los que Cervantes conoció
personalmente o de los que recibió un testimonio exacto.
Mª Angeles Jiménez García
Publicado en Balcón de Infantes abril, 2008
Muy interesante.
ResponderEliminarPrecioso trabajo , muchisimas gracias por tu aportacion , a esta tan preciada investigacion.
ResponderEliminarYo sigo pensando , como decia Nicanor Parra (en su discurso a traves de su nieto):
Un neurotico bien administrado puede rendir el triple, y Cervantes administro mas o menos , la vida y obra de Don Quijote.
Angel Gigahel
Muchas gracias.