martes, 1 de mayo de 2012

El "puñao" de las Cruces de Mayo


Se trata de un ágape de frutos secos compuesto principalmente de cañamones (trigo tostado) y uvas pasas. En Villanueva de los Infantes, Carrizosa y otros pueblos del Campo de Montiel, es típico ofrecerlo en la fiesta de las Cruces de Mayo para agasajar a los visitantes a la Cruz junto con el ponche. Es como una limosna en especie, en el que el mayordomo de la Cruz ofrece a los que la visitan, y éstos se integran a la fiesta por amistad y devoción.

" puñao"

También se le puede añadir a este “puñao” otros frutos secos, sobre todo garbanzos tostados (torraos) y anisetes multicolores. Es ofrecido por las peanas[i] en bandejas para que el visitante se sirva de este agasajo, en el que cada cual puede llevarse todo lo que cabe en su puño.

[i] Peanas, mujeres que acompañan a la Santa Cruz las 24 horas que permanecen abiertas.

Vinculación del “puñao” en el Quijote

 Cuando Cervantes escribe el Quijote finge ser un erudito que recopila datos de otros autores y de los archivos de La Mancha para ordenar la historia de don Quijote. El sabía, que todos los habitadores del Campo de Montiel  recordaban a don Quijote como el más casto enamorado y valiente caballero que jamás se había visto por estos contornos.

La acción de la novela se inicia en esta comarca de la Mancha. Presenta a su personaje, sus aficiones y algunas de sus aventuras más famosas por estos parajes. Quería contar las memorables alabanzas de esta historia, pero el relato le queda inacabado por la ausencia de más datos. Pero un día estando el autor en el alcaná de Toledo, llega un muchacho a vender unos cartapacios y papeles viejos a un sedero. La suerte quiso para el autor de encontrar entre estos papeles un manuscrito árabe que contenía la historia de don Quijote y en  uno de los márgenes una anotación sobre el nombre de Dulcinea que decía:
 Esta Dulcinea del Toboso, tantas veces en esta historia referida, dicen que tuvo la mejor mano para salar puercos que otra mujer de toda la Mancha”. (Parte I, capítulo 9).
Cuando Cervantes oyó decir Dulcinea del Toboso queda atónito, porque aquellos cartapacios contenían la historia de don Quijote. Traduciendo el manuscrito del arábigo en castellano decía:
Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo… (Parte I, capítulo 9).
 El autor de este manuscrito es un tal Cide Hamete Benengeli. Cervantes compró todos los papeles y cartapacios por medio real. Lo mandó traducir a un  morisco, ofreciéndole la paga que él quisiese. Contentosé con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo. Y así fue como encontró el resto de la historia de don Quijote.

Moneda en especie, -trigo y pasas-, es con lo que paga el autor del Quijote la traducción del manuscrito para continuar la historia de don Quijote de la Mancha, un hidalgo del Campo de Montiel.