EL REGIDOR CRISTIANO UN MANUAL DE BUEN GOBIERNO LOCAL DEL S. XVII
El
historiador, miembro del IEM, académico correspondiente de la Reales Academias
de la Historia, de las Ciencias, Nobles Artes, Bellas Letras de Córdoba y la de
Bellas Artes de la de Santa Isabel de Hungría de Sevilla F. Javier Campos y Fernández de Sevilla acaba
de publicar el libro impreso con
introducción, edición y notas del
manuscrito inédito El Regidor cristiano (1613) de Fernando
Ballesteros Saavedra, dentro de
la colección del Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas Artísticas. El manuscrito
se encontraba en posesión de los
descendientes del autor, la familia Ballesteros Pedregal en Fuenllana. Este
tratado de literatura política referenciado en numerosas ocasiones se ha
salvado del olvido. Declara Campos que
ha salido del purgatorio, es decir de los depósitos de los anticuarios, pero ha
llegado al paraíso, para Borges son las Bibliotecas. De modo que el manuscrito expuesto en el XV Salón del Libro Antiguo por
la Librería El Filobiblión de Madrid ha sido adquirido recientemente por el
Ayuntamiento de Villanueva de los Infantes a través de la Biblioteca Municipal
donde ha pasado a formar parte de la colección bibliográfica.
Fernando Ballesteros Saavedra
(Villahermosa 1576- Villanueva de los Infantes 1657) desempeñó importantes
cargos a lo largo de su vida: regidor perpetuo, alcalde, sargento mayor y
capitán de las milicias del Campo de Montiel. Perteneció a la estirpe de los
Ballesteros Saavedra, linaje de hidalgos intrincados en el antiguo y conocido Campo de Montiel. De
su casamiento con doña María Cañuto y Mexía (hija de Pérez Cañuto), una de las
fortunas más importantes de esta comarca, varios autores han especulado sobre
la posibilidad de que estas bodas fueran las que inspiraran a Cervantes el
episodio de las bodas de Camacho (Don Quijote, cap. 20-21, II parte) por la
pomposa ceremonia amenizada con bailes, danzas y juegos, además de la copiosa
comida, acudiendo gentes de toda la comarca. Campos y F. de Sevilla cita como hecho probable que el autor del Quijote por su cargo debió de conocer el
desarrollo de la cabecera de la gobernación de este territorio y el Campo de
Montiel entre 1593/1597.
El escritor Ballesteros Saavedra tuvo una sólida
formación humanística y dominio del latín, fundamental para un jurista de la
Alta Edad Moderna y del portugués. En 1631 tradujo La
Eufrosina de Ferreira de Vasconcellos, con la aprobación del gramático Jiménez
Patón y nota de Francisco de Quevedo, dejando testimonio del afecto que les
unía. Sus estudios debió de cursarlos a
finales de la década del siglo XVI en la Universidad de Alcalá de Henares,
donde conocería y entablaría amistad con grandes hombres de letras a juzgar de
cómo le conocen y elogian sus cualidades
literarias en muchas obras. Fue un autor conocido y apreciado en ciertos
círculos literarios manifestado por las dedicatorias y referencias: Lope de
Vega en Jerusalén Conquistada y en Laurel
de Apolo, Jiménez Patón le dedica Elocuencia
en Arte, F. Sánchez de Villanueva y Marcos de Arellano con Poemas laudatorios. Ha sido referenciado por Menéndez y Pelayo, Hervás y
Buendía, Angela Madrid, E. Rodríguez Huéscar…, éste último dedicó su discurso
de ingreso en el Instituto de Estudios Manchegos con el manuscrito de la obra El Regidor cristiano, objeto de esta
reseña. Siendo un enigma el que no lo publicase, conocido en el mundo de las
letras y habiendo desempeñado importantes cargos en el Campo de Montiel. Porque
aunque lejos de la corte, vivía en una
villa con cierto ambiente cultural donde se conocían las novedades que se
publicaban y donde estaba activo el mercado del libro.
Campos desenmaraña toda la genealogía
del linaje de la familia Ballesteros y Saavedra que se asentarón en
Villanueva de los Infantes en 1554, procedentes de Agüera, merindad de Montija,
siendo el primogénito ballestero mayor de Alfonso XI, probando el estado noble en la Real
Chancillería de Granada.
El Regidor cristiano, sigue el modelo de
Castillo de Bobadilla en su Política para
corregidores (1597), obra que es citada y entre otras El
tesoro de la Lengua Castellana de S. de Covarrubias (1611). El “Prólogo al lector”
está dedicado a su padre don Juan Ballesteros Saavedra, aunque a tenor del
texto está pensado más para los conciudadanos. La forma seguida para escribir
su obra es diferente en cuanto al método de aquellos momentos. Campos compara y
demuestra que no es casualidad que coincida
este prólogo con el de Castillo de Bobadilla y con el de Cervantes de la Primera Parte del Quijote.
Cuyo texto conocía, aunque no cite éste último, por la idea de cómo
son los prólogos y la utilización del
castellano. La inspiración en la obra de Bodadilla es evidente por la
concepción y la estructura que le da al Regidor
Aunque no es una edición crítica,
el editor estudia la obra con abundantes notas que aclaran el sentido y la
comprensión del texto. Estudiando las
explicaciones de la genealogía de la Real Academia de la Historia, descubriendo como esta obra es también
conocida como “Advertencias políticas y
norte de Regidores”. Para Campos la obra es una reflexión sobre el ejercicio
del cargo de regidor y de la administración municipal, un manual de gobierno
local. Ballesteros Saavedra redacta las tareas y la gran responsabilidad
que pesa sobre la persona de los regidores, entiende el cargo como un servicio
a la comunidad local. El calificativo de cristiano
lo toma como base de la moral católica.
El libro está organizado en tres discursos, modelo
clásico de la narración. El discurso primero versa sobre los principios
religiosos como base del buen gobierno político de la Villa, no prescindiendo
de pedir ayuda divina cuando se reúnen para tratar el bien común. El segundo
discurso trata de aspectos generales de recibimiento, relaciones con el corregidor
y el resto de regidores, sistema de votación para aprobar las obras públicas,
la administración de bienes y rentas del concejo, la vigilancia y cuidado de la
provisión de abastos, etc. El discurso tercero sobre la Jurisdicción: potestad
para redactar textos para el buen gobierno, el sistema de elección de los
oficios del cabido, las competencias y la intervención de las rentas
municipales.
Una obra de máximo interés para
conocer el buen gobierno de la
administración local del s. XVII.
Mª
Ángeles Jiménez García
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